Año 2017: parerga y miscelánea
Lunes, 4 de diciembre de 2017 a las 23:51 UTC+01
Ray kurzweil dice lo mismo que Cordeiro y no es ningún magufo. Entre otras muchas cosas, a él le debemos que los teléfonos de hoy entiendan nuestra voz. Desde luego Cordeiro puede ser un excéntrico, puede engordar su currículum y puede pecar de optimismo. Pero lo que vende NO es un crecepelos. Es el futuro. Seguramente falla en las fechas. Pero no habla de utopías irrealizables. Abre una ventana al futuro para mucha gente que, de no ser por sus charlas, nunca habría conocido la potencialidad que entraña la tecnología.
Sábado, 2 de diciembre de 2017 a las 13:02 UTC+01
Lo bueno de la estupidez es que nunca funciona y sus orates simplemente acaban orando en el desierto, miembros exclusivos de un mundo que no existe.
Domingo, 5 de noviembre de 2017 a las 16:26 UTC+01
Está claro que el marxismo es una aporía con patas, una suma de imposibilidades ontológicas convenientemente disimuladas. Pablo, no necesitas aportar más evidencias. No se puede defender la unidad de España y al mismo tiempo criticar la acción de los cuerpos de seguridad y los jueces que se encargan de velar por esa unidad. No se puede denunciar a los independentistas y los constitucionalistas al mismo tiempo. Es imposible que exista una Cataluña unida y separada de España al mismo tiempo. La superposición de estados solo se da en el ámbito de la mecánica cuántica.
Domingo, 22 de octubre de 2017 a las 18:47 UTC+02
Concebir la secesión, las fronteras abiertas, la voluntariedad, o incluso la propiedad privada como principios absolutos implica relegar a un segundo plano el que debería ser el principio máximo: la libertad irrenunciable del individuo.
Domingo, 22 de octubre de 2017 a las 18:44 UTC+02
Las religiones, como los nacionalismos, no son de por sí malos o buenos, pueden ser excluyentes o inclusivos. Cuando son excluyentes, no se diferencian mucho. Ambos son peligrosos, quieren dividir y destruir las redes pacíficas y el comercio internacional que deviene con el progreso y la internacionalización. El nacionalismo español mira al futuro y es integrador. En cambio el catalán busca la desunión y la desintegración. Por eso no son equiparables. El primero es bueno y el segundo no. El primero es necesario y el segundo no. El primero es una cosa y el segundo la contraria. A ver si les queda claro a esos nacionalistas facinerosos que solo quieren destruir, o a esos exégetas melifluos que mantienen una equidistancia vergonzante entre el Estado español y la Generalidad catalana.
Viernes, 6 de octubre de 2017 a las 12:35 UTC+02
Y que me dicen de ese liberal que, teniendo en su mano la posibilidad de acudir al derecho que ya le otorgan los estados libres: la libertad de movimiento que le faculta para irse a vivir a centenares de países distintos, elige quedarse en su tierra y apoyar el derecho colectivo de secesión que obliga a todos los demás, sus convecinos, a vivir en una nación nueva que no estaba ahí cuando ellos acordaron construir sus casas y tener a sus hijos. El derecho de secesión individual es una futilidad innecesaria y el de secesión colectiva una bravuconada estatista
Viernes, 6 de octubre de 2017 a las 12:05 UTC+02
Vamos a ver liberales, la secesión como principio es una filfa: – Los políticos no tienen los mismos incentivos que las empresas. No compiten como éstas, compiten para ser peores y menos eficaces. – La secesión individual ya existe. Se llama emigración. Hay mil sitios a los que poder ir. No hagan más experimentos sociológicos, por favor. – La secesión nacional es otra forma de colectivismo, es el nacimiento del colectivismo, la pura creación de una identidad sanguínea basada en la raza y la tierra y no en la razón. – La secesión es arbitrariedad y es relativismo legal. El liberalismo es internacionalista. La ciencia es objetiva. El derecho a la secesión es puro subjetivismo y pura inconsistencia. – La secesión no es una regla, es una excepcionalidad reservada para aquellos casos en los que sí resulta conveniente romper una dictadura.
Domingo, 1 de octubre de 2017 a las 23:26 UTC+02
Antes creía que existían dos tipos principales de personas: liberales y estatistas. Ahora creo que los dos grupos son estos: liberales universalistas (defensores del principio universal de la libertad) y el resto (relativistas, pseudo liberales, separatistas, chovinistas, estatistas). A mi lo que me da pena es que mis hermanos liberales le hagan el caldo gordo a los separatistas y vendan su alma al diablo para defender una idea de secesión que no es otra cosa que una invitación a la ruptura, el relativismo y la proliferación de políticos y administraciones Como siempre ha pasado a lo largo de la historia humana, los instintos animales más bajos vencen a la razón por goleada y se llevan todos los triunfos y los aplausos del público. La gente prefiere frotarse en los árboles para impregnarlos de almizcle, miccionar en los arbustos para empaparlos de orines, y pelearse con otros grupos para dirimir el territorio, que buscar una solución verdadera, la cual siempre debería pasar por hallar una razón común y universal (científica). Cataluña y los separatistas solo son un ejemplo más dentro de esa historia de animalidad. Lo más curioso del asunto es la forma en la que esos instintos se visten de racionalidad (liberales) o de democracia (charnegos) para aparentar una cosa que no son. Lo más patético de todo es ver como una banda delincuentes sediciosos se pasan la ley por el arco de triunfo y se hacen los demócratas y las víctimas. Seguro que ahora muchos atracadores de banco dejarán las pistolas y asaltaran las cajas con una urna bajo el brazo. Los nacionalistas están votando entre gritos y lágrimas, como si vinieran de una dictadura y llevaran cien años sin plebiscitos. En el pasado, cuando el mundo era mucho más bárbaro, nadie se andaba con chiquitas y se usaba la fuerza sin contemplación, para implantar la tiranía. Ahora que todos nos hemos moderado, se enarbola la democracia para hacer exactamente lo mismo. Antes los débiles eran las víctimas. Ahora los débiles se hacen las víctimas. Si los buenos fueran siempre aquellos que reciben palos, cómo podríamos justificar los palos que reciben los malos?
Martes, 26 de septiembre de 2017 a las 14:54 UTC+02
Se suele decir que el 1% más rico tiene tanto patrimonio como todo el resto del mundo junto. Lo que no se dice es que, en un sistema capitalista, el 99% de la población tiene necesidades y las satisface sólo mediante el provecho que saca de aquel 1% que sabe proporcionarselas.
Lunes, 18 de septiembre de 2017 a las 12:59 UTC+02
Si los anarquistas de mercado creen que las constituciones y las leyes también deben competir entre sí, al modo que lo hacen las empresas privadas en el mercado libre, no les debería importar lo más mínimo que Cataluña fuese socialista, comunista o como sea que quieran sus ciudadanos, siempre y cuando se independizase de España y entrase en ese juego de libre competencia. ¿Qué hacen entonces algunos de ellos defendiendo la secesión de naciones pero apostillando a continuación que no están de acuerdo con la separación nacional en el caso concreto de Cataluña? ¿Qué especie de contradicción es esta? ¿No será que también ellos creen en unas reglas mínimas fundamentales, supranacionales, aunque no lo reconozcan? ¿Es quizás el minarquismo un forma de organización ineludible, incluso para los anarquistas? ¿No será que no vale cualquier cosa, y que siempre debemos partir de unas normas básicas, incluso para competir?
Sábado, 16 de septiembre de 2017 a las 09:49 UTC+02
Yo estaré siempre con aquellos que quieren construir naciones más libres, y no con aquellos que quieren más naciones. La calidad antes que la cantidad
Sábado, 16 de septiembre de 2017 a las 09:48 UTC+02
La economía real se apoya en el principio negativo de la libertad individual. Y la política en el carácter positivo y universal que tiene todo principio. Algunos liberales, guiados tal vez por un exceso de celo a la hora de reivindicar las diferencias individuales, no entienden ese aspecto universal que es condición sine qua non para proponer cualquier teoría. Por su parte la mayoría de políticos (por no decir todos) están tan fanatizados y abducidos por su visión de grandeza y su acción unitaria y hegemónica, que en su caso no comprenden (ni respetan) las necesidades privadas que detentan los distintos individuos. Entre unos y otros estamos aquellos pocos que sí entendemos y abordamos todos los aspectos de la realidad y la teoría, su contenido económico y su esencialismo político, la independencia de los particulares y la unidad de los universales. Hacia nosotros va dirigida toda la metralla que disparan los demás grupos. Pero solo nosotros conocemos toda la verdad que atesora el mundo, sus dos aspectos principales.
Miércoles, 13 de septiembre de 2017 a las 14:07 UTC+02
Un territorio nacional grande tiende a ordenar sus instituciones sobre el principio de unidad de destino en lo universal del que nos habla Ortega y Gasset. En cambio, un territorio nacional pequeño tiende a fomentar los sentimientos chovinistas, la autarquía, el cisma, el embrutecimiento pedáneo, la reducción al absurdo y todos aquellos sesgos y querencias que alientan el salvajismo tribal, alejan al ser humano de la objetividad y la razón y le acercan a los animales.
Jueves, 7 de septiembre de 2017 a las 09:43 UTC+02
Un amigo me decía el otro día que Juan Rallo no está a favor de la independencia de Cataluña, pero que lo dice tan bajito (al final de sus artículos, con la boca pequeña) que parece que sí lo esté. Rallo se entretiene en hacer un análisis teórico bastante peregrino, donde expone las razones para defender la legítima secesión de cualquier país. Y solo al final, en la letra pequeña, afirma estar en contra del independentismo catalán. Mi amigo me decía que Rallo está invirtiendo deliberadamente el orden de los argumentos, y que eso le hace un flaco favor a la égida liberal. Estoy totalmente de acuerdo con él. Yo no voy a decir que Rallo defiende la segregación nacional en todos los casos, también para Cataluña. Esta es otra mentira que resuena en muchos medios. Lo que pasa es que Rallo se enfrenta a sus propios fantasmas y contradicciones, como buen anarquista filosófico que es. En el caso del nacionalismo catalán, el anarcocapitalismo se enfrenta a sus propias incoherencias. Según una de las tesis del anarquismo de mercado, la competencia en materia legislativa mejora las constituciones de los distintos países en liza. Pero con Cataluña se ven abocados a defender una región con clara vocación totalitaria. Si los anarquistas fueran consecuentes, les daría igual el nivel de tiranía del país escindido, pues según ellos la división aumenta la competencia y la competencia de leyes, al igual que la competencia empresarial, mejora la eficacia de las distintas entidades. Pues no. Esto es completamente falso. El error de nuevo consiste en confundir las necesidades heterogéneas (privadas) con una necesidad homogénea absolutamente vital (el marco legal). Llevo mucho tiempo subrayando esta dicotomía esencial y usándola como crítica del anarcocapitalismo, sin demasiado éxito. Igual este caso me da un poco la razón. No tengo ningún reparo en decir que yo creo en un bien colectivo que se limita a los principios de libertad que todos los individuos libres deben respetar para mantener esa condición. En cambio tu te alejas del liberalismo cuando abrazas ese anarquismo absurdo que ni siquiera contempla la inviolabilidad de unas leyes generales, las tuyas, que son necesarias para abanderar alguna defensa.
Domingo, 3 de septiembre de 2017 a las 22:12 UTC+02
Ningún liberal que se precie de serlo puede defender de forma unilateral, ora el independentismo, ora la unión del Estado. Lo único que el liberal defiende siempre es la libertad, que en unos casos aumenta con la fragmentación y en otros con la unión. Ahora bien, a igualdad de condiciones, o cuando existe una situación relativamente parecida, yo siempre veré más preferible apoyar un proyecto unitario que uno rupturista, por el simple hecho también de que sólo hay una verdadera libertad. La separación la dejo para los casos más graves, cuando se trata de romper un Estado realmente totalitario
Domingo, 3 de septiembre de 2017 a las 21:31 UTC+02
Cada vez que el hombre elucubra un nuevo plan para crear un paraíso con cabida para toda la humanidad, en realidad acaba concibiendo un edén donde solo cabe una pequeña porción de individuos. Todos los demás son exterminados al momento. Si el paraíso en cuestión se encuentra allende el universo, lo que tenemos es una institución religiosa. En cambio, si la tierra prometida se halla aquí abajo, consignamos un sistema comunista. Ambos dos amenazan a la humanidad como ninguna otra cosa lo puede hacer. Esto no quiere decir que todas las religiones y todos los comunismos sean igual de peligrosos. Algunos simplemente están ahí, como pequeñas reliquias del pasado. Pero no hay duda de que, si algún día el planeta se va a freír espárragos, la causa de la debacle tendrá que ver, o bien con el comunismo, o bien con la religión. El paraíso entonces todavía se volverá más angosto. Quizás solo sobrevivan unos cuantos grupos humanos esparcidos por toda la geografía devastada. A lo mejor desaparece toda la especie. El edén soñado, con cabida para toda la humanidad, será sin embargo un mundo sin ningún rastro de vida inteligente. Tal vez ese sea el estado habitual del auténtico vergel.
Viernes, 1 de septiembre de 2017 a las 11:40 UTC+02
La secesión individual ya existe. España no es una cárcel. Yo puedo ir a vivir a una infinidad de países distintos. No hacen falta más experimentos políticos rupturistas, sino unir al mayor número de países en torno a los principios unívocos del liberalismo. Y eso pasa por construir una nación liberal en crecimiento, geográficamente mayor. Y no estoy hablando de ostracismo o destierro obligatorio. De lo que yo hablo es de poder moverse voluntariamente de un país a otro y de las múltiples opciones que ya existen para vivir. Me parece innecesario y peligroso aferrarse a la ingeniería social para defender la creación de nuevos experimentos y territorios soberanos, que a saber cómo serán. Luchemos por extender las libertades y no por multiplicar los nichos políticos. Ese debería ser el auténtico camino del liberalismo.
Viernes, 1 de septiembre de 2017 a las 10:25 UTC+02
El absolutismo de la propiedad privada, la máxima que sostienen muchos libertarios ancaps, fija tanto su atención en los derechos del individuo que se olvida del mayor y casi único valor colectivo que existe, aquel que condiciona esos derechos individuales: la unidad y la igualdad ante la ley de toda una nación. Así, muchos de ellos acaban defendiendo el mismo argumentario que excreta ese arrabal de ideologías estatistas que abanderan los nacionalistas catalanes o vascos. Pura bosta de burro.
Lunes, 28 de agosto de 2017 a las 13:18 UTC+02
La separación de la ciudad de Berlín en dos zonas políticas distintas, después de la guerra, da la impresión de haber sido proyectada por el más aséptico y escrupuloso de todos los investigadores experimentales habidos en la Tierra. Es difícil imaginar un experimento más exhaustivo que ese. También es difícil imaginar una respuesta por parte de la sociedad más estúpida. Ante la evidencia de un experimento científico de tal magnitud, aún son muchos los que se niegan a aceptar las conclusiones, esto es, la superioridad innegable del capitalismo y la falacia teórico-práctica que sostiene la creencia en el socialismo.
Viernes, 25 de agosto de 2017 a las 19:33 UTC+02
Estamos de acuerdo. No se puede demostrar experimentalmente la inexistencia de Dios, como tampoco se puede demostrar su existencia. Sin embargo, aquí los únicos que parecen creer que han confirmado algo en concreto son los creyentes. Así que no es justo achacar a los ateos su incapacidad para demostrar la veracidad de todos estos supuestos ficticios (religiosos). Más bien hay que afear el gesto de aquellos que aseguran que Dios existe.
Martes, 15 de agosto de 2017 a las 13:27 UTC+02
Discutía yo este verano, entre chapuzón y chapuzón, con un buen amigo que defendía la autosuficiencia económica y que intentaba alimentarse de productos que él mismo cultivaba en el jardín de su chalet de lujo. Paradójicamente, al mismo tiempo es un empresario de éxito al que admiro mucho. Intenté durante días explicarle que la división del trabajo y la especialización laboral que él practicaba con tanta habilidad es incompatible con su defensa de la economía de subsistencia y la extensión del sistema de autoabastecimiento a toda la población. No se si lo logré, pero este caso ilustra muy bien el fenómeno en cuestión, nos habla de lo pegajosas que son todas esas ideas del buen salvaje y el maravilloso pasado agrario, contrarias al desarrollo, que exaltan un periodo de la historia que ahora por fortuna ya no tenemos que padecer, y que por eso algunos se pueden permitir el lujo de defender desde su atalaya de nuevos ricos.
Lunes, 14 de agosto de 2017 a las 14:46 UTC+02
Yo soy muy tranquilo. Pero hay una clase de personas que no soporto, aquellas que están todo el rato juzgando y criticando tu forma de vivir o tu manera de actuar. No soporto que vayan dando lecciones morales sobre cuestiones gustativas de la vida diaria de uno. No soporto que utilicen una medición correctiva basada únicamente en sus propias querencias, que te juzguen mal en función de lo que ellos creen que es bueno para ti, y que lo hagan sobre algún asunto baladí, y que lo hagan continuamente, y que te traten con superioridad. Uno siempre está incómodo con ese tipo de gente. Te desprecian porque no actúas como ellos, porque no eres como ellos, te recriminan cuando violas esas reglas sagradas llenas de minucias cotidianas. No soporto que te hablen con la voz engolada para apercibirte sobre tu forma de caminar, tus costumbres nocturnas, tu desapego de la tierra, tu elección profesional, o tu afición a los helados de cucurucho. No soporto que te perdonen la vida cada vez que te diriges a ellos. No soporto que te ofrezcan la mano mientras ponen una cara de circunstancias y te ponen condiciones, que te regalen su compañía a cambio de un montón de reprimendas y admoniciones pueriles. Nunca me gustaron esos visajes machacones de corte moral. Luego descubrí la teoría del valor subjetivo de la escuela austriaca y pude dar por fin un fundamento académico y una visión global (económica, geopolítica, deontológica) a todas esas intuiciones mías. Fue agradable comprobar que el instinto que había guiado mi voluntad y mi determinación durante la etapa juvenil, tenía en realidad un poso teórico sólido, de naturaleza universal. Fue agradable comprobar que la teoría del valor subjetivo no tiene excepciones, y que se puede aplicar para refutar cualquier injerencia, tanto las tesis del socialismo y el marxismo histórico como las filípicas de esos inquisidores anónimos que te avasallan todos los días y a todas horas.
Domingo, 13 de agosto de 2017 a las 13:40 UTC+02
Yo prefiero usar la expresión «la batalla de las ideas» en vez de «el mercado de las ideas». Cuando las ideas son sumamente fundamentales, cuando está en juego la defensa de la vida y la lucha por la libertad del individuo, se batalla, no se mercadea; se mata, no se convence. Cuando alguien te quiere eliminar, solo puedes sobrevivir si te anticipas a él. Así es la vida. Y así es la muerte.
Martes, 8 de agosto de 2017 a las 18:17 UTC+02
Una dictadura es un régimen político en el que una sola persona gobierna con poder total, sin someterse a ningún tipo de limitaciones y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad. Estamos de acuerdo en que dicho sistema es de lejos una de las peores situaciones a las que se puede ver abocado un país. Ahora bien, existe una remota posibilidad no descartable de que el dictador decida establecer un régimen de excepción más o menos bueno. En último lugar son las leyes que se aplican y no quien las ordena lo que determina las bondades de un gobierno. Imaginen además que ese régimen dictatorial viene a sustituir a una verdadera tiranía. Yo no tengo ninguna duda: la dictadura puede ser en ocasiones extremas la única tabla de salvación a la que poder aferrarse. Y no voy a obviar esta posibilidad por mor de la corrección política o la mojigatería barata que hoy copa todas las discusiones sobre el tema. Tampoco voy a ocultar la idea de que el régimen de Franco, con todos sus errores, pudo haber sido un buen ejemplo de esto que estoy diciendo, librándonos del sistema estalinista que empezaba a fraguarse en el 36 de la mano de la izquierda, y dando paso a su muerte a un Estado democrático mucho mejor. Tal vez debamos más a Franco que a todos los presidentes elegidos en las urnas que han venido después de él. Y no es que yo sea un apasionado defensor de las dictaduras. Todo lo contrario. Lo que pasa es que soy amante de la verdad y no cambio mi opinión en virtud de lo bien o mal que ésta pueda sentar o parecer.
Martes, 8 de agosto de 2017 a las 18:14 UTC+02
El hombre necesita una bandera que le dote de una identidad y le otorgue una patria. El color de la tela o el lugar de nacimiento es lo de menos. Creo que el valor supremo en este caso reside únicamente en la simbología y el significado de la enseña. Yo elijo convertirme en ciudadano del país que mejor sepa representar y defender mis opiniones y mis certezas. Y me importa mucho menos aparecer registrado en el lugar donde casualmente he nacido. En este sentido, aprecio más las ideas que los genes. Todos necesitamos una identidad. Yo construyo la mía con el pensamiento y la reflexión que salen de mi mente, y no con la sangre o el acervo, o cualquier otro fluido corporal. La verdad no tiene patria genética. La verdad tiene una bandera que ha sido cosida con el hilo de Ariadna y el esfuerzo intelectual de miles de personas. Yo quiero ser valorado por mis ideas o mi educación, y no por mi cuna o por los actos de los abuelos que me hayan tocado en suerte, condiciones éstas que me han sido otorgadas de antemano y de las que no puedo reclamar ninguna clase de mérito, y tampoco sufrir castigo alguno.
Jueves, 27 de julio de 2017 a las 13:03 UTC+02
Yo creo que es erróneo equiparar el apriorismo con falta de experiencia, más que nada porque la falta absoluta de experiencia es absurda. Intentar ridiculizar el apriorismo diciendo que es una falta de experiencia es un poco ingenuo. Cómo puede alguien afirmar que se puede conocer algo sin experiencia? Lo que dice el apriorismo es que se puede conocer algo sin experimentación, que es distinto. Cabe distinguir experiencia de experimentación. Lo primero es consustancial a todo. Lo segundo forma parte del método científico aposterioristico que tiene una alternativa epistémica: el apriorismo y la razón pura. Esa es la única forma de entender correctamente el apriorismo.
Jueves, 27 de julio de 2017 a las 12:39 UTC+02
Los parásitos se pueden combatir de dos maneras distintas. O bien se reduce su grado de virulencia, o bien se disminuye su número y su distribución geográfica. Con el Estado pasa lo mismo. Hay que combatirlo en dos frentes distintos: reduciendo y neutralizando su capacidad de hacer daño, y reduciendo su número, su variedad y su distribución geográfica. La primera es una lucha contra el socialismo y el intervencionismo dañinos. Y la segunda es una lucha contra el nacionalismo, la creación de nuevos centros de mando, y la multiplicación geográfica de Estados y de políticos.
Martes, 18 de julio de 2017 a las 20:41 UTC+02
No es cuestión de mezclar nada. Precisamente es cuestión de saber diferenciar, entender para qué vale el método deductivo y para qué sirve el empirismo. La ciencia analiza hechos contingentes, que pueden ser de muchas maneras (por ej. el color de un objeto). Por el contrario, la metodología deductiva se fija en determinantes básicos, condiciones de posibilidad, que no tienen alternativas. El dia que se comprenda eso se podrá aceptar toda la realidad física del mundo. Hasta entonces seguirán pensando que la metafísica es teología, o que la escuela austriaca no admite el método empírico. Desde luego en la escuela austriaca también hay un buen número de hemipléjicos crónicos que creen que la sociedad solo se puede estudiar por el método deductivo de Mises. A estos les falta la otra mitad del cerebro
Jueves, 13 de julio de 2017 a las 11:57 UTC+02
El concepto de raza (la denominación que le demos es lo de menos) hace referencia a una noción absolutamente necesaria para identificar y describir un hecho biológico irrefutable. Me parece tan increíble negar las razas como negar la categoría de clases sociales. Quienes así pensáis no estáis haciendo otra cosa que lo mismo que hizo Marx en el manifiesto comunista. La única diferencia es que vosotros, en vez de perseguir y negar la existencia de una variabilidad laboral o industrial, estáis negando la existencia de una variabilidad natural y genética. Y todavía me parece más asombroso que confundais el racismo que siempre busca la eliminación de todas las razas salvo una (como Marx quería hacer con las clases), con el hecho científico y diverso que afirma la existencia lógica de distintos grupos de razas. Llevo varios días asistiendo a este tipo de debates entre liberales y sinceramente estoy atónito con lo que leo. Me da la impresión de que me encuentro en medio de una jauría de comunistoides, contemplando una carrera entre socialistas y buenistas adoradores de la corrección política, para ver cual de ellos es el más igualitarista de todos. Parece más una pataleta repentina de sociólogos y politólogos ignorantes, que un debate científico serio y sosegado entre biólogos y genetistas.
Viernes, 7 de julio de 2017 a las 15:24 UTC+02
Que bien me lo paso viendo desde arriba a todas esas hormiguitas de una colonia de cientistas lanzándose con las mandíbulas abiertas contra los miembros de otro hormiguero de aprioristas maniqueas. ¿Cuándo comprenderán esos bichitos que existen dos métodos igualmente valiosos para analizar toda la realidad: social y natural, y que el sistema misesiano y la matematización y modelización de la sociedad son perfectamente complementarios.
Lunes, 12 de junio de 2017 a las 20:24 UTC+02
Todos los políticos son de izquierdas. Y con más razón todos los dictadores. Es decir, todos creen en el estatismo, el intervencionismo masivo, el ninguneo del individuo. Todos están en contra de la libertad de las personas y la expresión de sus diferencias. Que unas veces quieran homogeneizarlas usando la excusa de la raza (nazismo) y otra la excusa de la clase (comunismo) es un hecho accesorio. Al final todas quieren lo mismo: un solo tipo de persona, coaccionar e imponer para matar la diversidad y la libertad individual. Efectivamente, comunistas y nazis son la misma cosa y son de izquierdas. Y los que les combatimos somos la verdadera alternativa.
Lunes, 12 de junio de 2017 a las 13:30 UTC+02
Me hacen mucha gracia las personas que hablan y hablan desde el humanismo sobre si el hombre tiene sentimientos innatos, si está o no está determinado por los genes, o si el cerebro es o no es una máquina de pensar, pero luego nunca realizan una aproximación al problema desde el campo de las ciencias naturales, y hasta dicen que no hace falta.
Viernes, 9 de junio de 2017 a las 10:06 UTC+02
La muerte de Ignacio a manos de los asesinos islamistas pone sobre la mesa, otra vez, el principal problema que causa esta ola de atentados, que no es otro que la posición que adoptamos los occidentales ante esta situación, nuestra complacencia, nuestra ignorancia, nuestro relativismo. Aquí se juntan muchas cualidades. La cobardía es una de ellas. Pero yo creo que por encima de todas está la estupidez y la ignorancia. Muchos han alabado la acción de Ignacio. Pero muchos otros la critican, dicen que se sacrificó inútilmente, que fue en contra de su propia condición de ser humano. Hay todo un batiburrillo de explicaciones pseudointelectuales de personas aburridas y acémilas estúpidas que infestan las redes sociales, incapaces de entender la psicología, la genética, la historia y la naturaleza humana, íntimamente unidas a la empatía, la solidaridad, la unión, las neuronas espejo, la especiación biológica y tantas otras virtudes y mecanismos de la vida, que son la base de la sociedad, la civilización, la evolución y el respeto mutuo. La mayoría de objetivistas randianos y mucha gente normal no termina de entender bien la relación que existe entre el egoísmo y el altruismo. El altruismo es una forma de egoísmo y eso es lo que quería decir Ayn Rand. Somos individuos que vivimos y nos beneficiamos de la sociedad colectiva. Por tanto la acción de ayudar a los demás es una actitud egoísta y un impulso adaptativo que en último término nos beneficia a nosotros como seres egoístas. Y eso es todo. La muerte de Ignacio es el típico acto egoísta de un individuo gregario, de una actitud que ha hecho el mundo y está en la base del progreso. Ánimo Ignacio. Los enemigos cabalgan dentro y fuera de las murallas. Tu has sido víctima de ambos dos, de los islamistas iracundos y de los occidentales imbéciles e imberbes, de la inteligencia maléfica y de la estupidez bonachona y bien pensante. Por eso eres un héroe por partida doble. Descansa en paz. La verdad siempre estará de tu lado. Esa jamás la podrá vilipendiar ninguno de tus enemigos.
Martes, 6 de junio de 2017 a las 23:38 UTC+02
Pablo Lato: «Pocas frases apoyan tanto mi teoría sobre los comportamientos y el estado de bienestar como esta frase que vi en forma de información sobre París recién en twitter: «El agresor es un estudiante argelino de unos 40 años (!). Resultó herido en las piernas » Efectivamente. Tenemos lo que hemos sembrado: no lloréis hipócritas. Existen barrios enteros de musulmanes que viven de las subvenciones del Estado del bienestar, ese que todos habéis contribuido a crear. Otra vez el socialismo igualitario fomentando la guerra y el odio, el exterminio, el enfrentamiento y el atraso. Precisamente esa idea de que los musulmanes no se integran porque no les dejamos es la base del problema y despista sobre las soluciones que habría que aplicar. Todo lo contrario, hemos sido absolutamente permisivos e integradores. Esa ha sido la política hasta ahora y mira lo que se ha logrado. Porque narices no podéis considerar la posibilidad de que existan culturas como la gitana que NO QUIEREN integrarse y que solo cabe combatir.
Lunes, 29 de mayo de 2017 a las 11:08 UTC+02
Los socialistas te llaman conservador porque defiendes el capitalismo y la innovación tecnológica. Los liberales nacionalistas te llaman conservador porque defiendes esa unidad en lo esencial que constituye la base de la civilización y el desarrollo social. Los abortistas te llaman conservador porque defiendes la vida y el futuro de los nonatos. Ahora solo queda que los conservadores de verdad te llamen conservador porque siempre has mantenido la idea de que el conservadurismo es en realidad un relativismo con esmoquin y pajarita. Si defiendes la unidad de la nación te llaman conservador. Y si defiendes su fragmentación te llaman progresista. De donde se deduce que la unión, la creación, la internacionalización y la integración son atavismos, y la división y destrucción encabezan el progreso. Por supuesto, nadie está hablando de una cultura única sino de una unidad en lo esencial, SÓLO EN LO ESENCIAL. Además, nadie afirma que la unión sea buena de por sí. Lo que hace buena a la unión son los principios que respaldan la misma. Pero luego, la condición para que esos principios se apliquen es que exista algún tipo basal de unida
Martes, 23 de mayo de 2017 a las 09:31 UTC+02
El sistema inmunológico tiene hasta tres barreras distintas que evitan la entrada de patógenos en el organismo. Las células de nuestro cuerpo están repletas de mecanismos para expulsar las toxinas y demorar la entrada de virus y demás agentes infecciosos. Antes de llegar al núcleo, estos agentes deben atravesar una membrana externa y otra nuclear. Todo el cuerpo es una barrera detrás de otra. En estas, llega el liberal hodierno a la evolución y reduce todas sus explicaciones sobre inmigración a una política de fronteras abiertas. Si alguien no tiene claro cuál va a ser el desenlace que trae ésta falta de estrategias, es que no sabe nada de biología.
Jueves, 11 de mayo de 2017 a las 19:18 UTC+02
Existen tres posibles placeres que te esperan a la vuelta de la esquina cuando decides invertir en bolsa siguiendo las enseñanzas de la escuela austriaca y del propio Paramés. El primero es sentir que te estás aprovechando de la estupidez ajena. El segundo es sentir que contribuyes a minimizar el impacto negativo que tiene esa estupidez a nivel social y que es resultado de todas las malas inversiones que realiza la gente al cabo del día. Y el tercero es la propia felicidad que obtienes al ganar dinero y mejorar tu nivel de vida.
Lunes, 8 de mayo de 2017 a las 10:31 UTC+02
Te pasas la mitad de la vida intentando demostrar la existencia de unos principios axiomáticos de necesario cumplimiento, lees mil libros de filosofía y otros tantos de metafísica. Tampoco escatimas la lectura científica, para tener una visión de conjunto verdaderamente universal. Intentas encajar ese conocimiento para fundamentar aún más la idea de libertad. Lo aplicas a las ciencias naturales y sociales. Y al final del camino viene alguien y te dice: «no has hecho mucho, todos defendemos los mismos principios, yo también creo en la libertad y la propiedad privada». 😨 Vamos a ver. Que parte del argumentario no se entiende! Una cosa es defender los mismos principios y otra muy distinta llevarlos hasta sus últimas consecuencias.
Viernes, 14 de abril de 2017 a las 20:26 UTC+02
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Pero lo que en realidad pasa es que hay miles de personas que no son capaces de leer una sola palabra. Lean… y después miren… y verán las cosas con otros ojos. Los libros te aportan una visión preciosista y detallada del mundo que no tiene sustituto. En cambio, las imágenes apenas alcanzan a rascar la superficie especiosa de la realidad y los fenómenos.
Martes, 11 de abril de 2017 a las 14:53 UTC+02
El anarquismo de mercado es otra forma de irracionalismo. En realidad, existen dos modelos básicos de irracionalismo. En uno se inventa la realidad. En el otro se obvia una parte considerable de la realidad. El primero es un irracionalismo religioso. El segundo es un irracionalismo secular. El primero está representado por diversas congregaciones y grupos de devotos. El segundo está motivado por millones de votos populares y movimientos políticos que, en unos casos niegan la realidad del individuo (socialismo, comunismo) y en otros niegan la realidad del colectivo (anarquistas de mercado). Se trataría por tanto de pasar por alto uno de los niveles estructurales que existen en la naturaleza. Esa es básicamente la manera que tienen los laicos y los profanos de tergiversar también la realidad, y potenciar de ese modo lo irracional y lo pasional, concediendo a la razón un papel secundario en el concierto intelectual.
Lunes, 3 de abril de 2017 a las 21:59 UTC+02
El materialismo dialéctico descubrió América varios siglos después de que la ciencia ya hubiera asumido que el mundo está hecho de materia que cambia y se transforma continuamente. Para ese viaje no hacían falta estas alforjas. No obstante, los marxistas creen haber hecho un descubrimiento revolucionario. Si a esto añadimos que su teoría sobre la materia y el cambio es completamente falaz, ya tenemos todos los ingredientes para cocinar una tiranía: arrogancia e ignorancia.
Jueves, 30 de marzo de 2017 a las 23:06 UTC+02
Lo único que cabe hacer es seguir luchando eternamente contra el maléfico, contra el socialismo. Puede ser una idea muy pesimista. Pero la vida es así. Igualmente tendremos que enfrentarnos siempre a una muerte segura. No queda otra. Y el socialismo también es muerte.
Jueves, 30 de marzo de 2017 a las 15:30 UTC+02
En los telediarios de la mayoría de canales sale la noticia de que algunas asociaciones denuncian supuestos machismos en los anuncios publicitarios que usan a la mujer como objeto simplemente por explotar visualmente alguna de sus características físicas. Esto, aparte de ser una solemne gilipollez, de prosperar dejaría sin trabajo a miles de mujeres. Y además lo dicen en los telediarios, donde todas las presentadoras son bastante monas. Hipocresía infinita.
Jueves, 30 de marzo de 2017 a las 15:25 UTC+02
La libertad de expresión no es un principio absoluto. Está supeditado a un presupuesto todavía mayor: el respeto a la vida y a todo lo que ésta significa. No todas las expresiones cumplen con ese respeto. En algunos casos la apología del terrorismo o la instigación del asesinato son verdaderamente ominosos. La libertad de expresión cumple el cometido social de generar respeto, crítica, diversidad y apertura. Pero cuando esa libertad se usa para apoyar todo lo contrario, el principio pierde todo sentido y entonces no es necesario consentirlo. La linea que separa el respeto de la libertad de expresión de su condena firme puede ser algo confusa y discutible. Pero no me voy a rasgar las vestiduras si un tribunal condena las expresiones de una persona.
Martes, 28 de marzo de 2017 a las 12:34 UTC+02
El problema ético tiene que ver sobre todo con la defensa de la libertad individual y no tanto con el agente que protagoniza esa defensa. La ética se basa en hechos y su juicio no debe favorecer a autores concretos. Para algunos aspectos que tienen que ver con la naturaleza de los principios, dicha égida solo la puede acometer un órgano general. Asi que la forma ética más elevada es aquella que no escatima recursos y que atiende a todas las posibles soluciones, vengan de donde vengan, de los individuos o del Estado.
Lunes, 20 de marzo de 2017 a las 19:59 UTC+01
Es ciertamente kafkiano que los liberales, para justificar la defensa del liberalismo y la forma de organización social más evolucionada, tengáis que acudir a ejemplos como los de los mocosos que según vosotros ya tienen conciencia de propiedad, o las tribus primitivas que viven en anarquía.
Sábado, 18 de marzo de 2017 a las 17:31 UTC+01
Es increible las falacias a las que pueden llegar algunos libertarios cuando dicen defender la propiedad privada o la libertad absoluta de cualquier persona con respecto a cualquier cosa. Ni entienden la libertad ni entienden la propiedad El liberalismo no se basa en defender cualquier cosa. Se basa en proteger la libertad y la vida. Y por tanto lo que hay que determinar es si el feto es un ser con derecho a la vida y no si la madre es un ser con derecho a hacer con su cuerpo lo que le dé la gana
Sábado, 18 de marzo de 2017 a las 17:30 UTC+01
El liberalismo no se basa en defender cualquier cosa. Se basa en proteger la libertad y la vida. Y por tanto lo que hay que determinar es si el feto es un ser con derecho a la vida y no si la madre es un ser con derecho a hacer con su cuerpo lo que le dé la gana
Martes, 14 de marzo de 2017 a las 19:37 UTC+01
Lo único malo de defender la tecnología del coche eléctrico es que tengas que compartir lugares comunes con personas que despotrican en contra de los combustibles fósiles.
Domingo, 12 de marzo de 2017 a las 00:55 UTC+01
Siempre me gusta comparar estas afirmaciones con la ciencia auténtica. Qué pensaríamos si Einstein hubiese renegado de Newton de la misma manera que algunos libertarios de hoy reniegan del liberalismo clásico? Pues eso.
Jueves, 9 de marzo de 2017 a las 19:37 UTC+01
Tal vez sea verdad que sólo somos polvo en el viento, como dice la canción. Seguramente desaparecerá todo lo que hemos construido cuando el universo entero colapse sobre su propio peso, o se extienda hasta quedar reducido a la nada. Pero lo que es seguro es que nadie va a arrebatarme éste tiempo y éste espacio. Hagan algo con sus vidas, ahora que pueden.
Domingo, 5 de marzo de 2017 a las 21:03 UTC+01
La ética y la utilidad van de la mano. Un valor es útil porque es ético y a la inversa. La libertad es buena porque funciona y por eso es ética. No puede existir un valor que sea funcional y que no esté basado en la libertad porque lo funcional es lo verdadero y la libertad es la verdad.
Domingo, 5 de marzo de 2017 a las 12:39 UTC+01
El verdadero radical, el que lleva la defensa del principio de la libertad al extremo, el único que la quiere defender desde el inicio, extendida al máximo territorio posible y aplicada al mayor número de personas, es el minarquismo. Los tibios socialdemócratas son los anarquistas de mercado, que dejan esa defensa en manos del azar o el orden espontáneo, permitiendo que dependa del populacho, de los gustos particulares de cada individuo, comunidad o región, y permitiéndose el lujo de soñar con un sistema irreal, sin un control general claro, y en el que lo único radical que se defiende es la ausencia del Estado y no la defensa de la libertad.
Miércoles, 1 de marzo de 2017 a las 22:57 UTC+01
Aquí habría que distinguir entre la primera acepción del diccionario que dice que enfermedad es una alteración que se sale de lo normal (y claro que la transexualidad lo es) y la segunda acepción que dice que es una alteración que produce daño. Pues bien cuando naces con cuerpo de mujer y te sientes hombre lo que más daña tu vida es seguir viviendo con ese cuerpo que no reconoces. En ese caso la enfermedad se mantiene mientras no te operes para cambiar tu sexo.
Miércoles, 1 de marzo de 2017 a las 15:15 UTC+01
SOBRE LA POLÉMICA DEL AUTOBÚS DEL PENE Y LA VULVA No estoy de acuerdo con lo que dicen muchos liberales. No estoy de acuerdo ni con aquellos tontos que dicen que el género no existe, ni con estos que afirman que todo está muy claro y que somos hombres y mujeres sin dudas sexuales acerca de nuestra condición. Porque seamos sinceros, el autobús no viene a manifestar solo que los niños tienen pene y las niñas vulva. Intenta adoctrinar a los niños para que crean que la homosexualidad es una enfermedad psíquica y debe ser erradicada o curada. Y por ahí tampoco paso. Yo me niego a que la educación se convierta en un campo de experimentación o un circo mediático de payasos. Yo defiendo la educación de materias importantes, troncales. Todas las demás, educación sexual, educación para la ciudadanía etc… las eliminaría para dejar espacio a las otras y así de paso también nos ahorrabamos toda la polémica. Así que si, estoy a favor de que se prohíba la circulación del dichoso autobús que conduce la derecha conservadora, como también estoy en contra de que la izquierda reparta condones mezclados con golosinas. En general ambos son liberticidas, los primeros con respecto a las libertades sociales y los segundos con respecto a las libertades económicas e individuales Matices: también eliminaría todos los centros de educación pública, lo cual no significa que esté en contra de cualquier legislación estatal en materia de educación. Defiendo un sistema de cheques que ayude de verdad a los más pobres, y un control mínimo para garantizar que los niños no aprenden cualquier chorrada que se les pase a sus padres o a sus educadores por la cabeza. Postdata: lo dicho vale solo para el caso en el que el autobús recorra las escuelas adoctrinando a los menores, diciéndoles lo que tienen entre las piernas. No me opongo a que recorra las calles. Pero hay que recordar que el objetivo último de sus patrocinadores sería ese adoctrinamiento infantil.
Martes, 28 de febrero de 2017 a las 12:30 UTC+01
Jesús Huerta de Soto, en su manifiesto nacionalista, viene a decir lo siguiente: siempre que se cumplan los principios a los que nos hemos referido, un liberal debería apoyar el nacionalismo. Señores: ¡¡siempre que se cumplan los principios!! ¿Y cuáles son esos principios? Pues todos los que defiende el liberalismo clásico. Por tanto, eso no es nacionalismo. Huerta de Soto crea una gran confusión entre los más advenedizos al denominarlo así. Eso es una única nación libre asentada sobre unos valores simples y claros. Eso es el minarquismo liberal de toda la vida.
Domingo, 26 de febrero de 2017 a las 17:41 UTC+01
Vale ya de tanta tontería. La ingesta de leche es producto de una adaptación favorable. Somos hijos del neolítico. La leche es un producto más que trajo esa fabulosa revolución que consistió en la domesticación de plantas y animales. La leche es fruto de la revolución neolítica como las fábricas lo son de la revolución industrial. Ir en contra de la leche es como ir en contra del telar, la jornada laboral, o el carbón. Es una especie de ludismo alimentario. Los vegetarianos y los animalistas son los luditas de la dieta. Igual que hay luditas de la revolución industrial, e igual que empiezan a aparecer luditas de la revolución robótica en ciernes que pronostican que las máquinas nos van a dejar sin trabajo, también hay luditas de la revolución neolítica que se oponen a todo lo que tenga que ver con la domesticación de los animales y el consumo de sus derivados. ¡A ver si empezamos a creer en el progreso de verdad!
Sábado, 25 de febrero de 2017 a las 15:24 UTC+01
Ser objetivista lleva a muchos a no contemplar el enorme legado de la filosofia. Es como si yo me declarara darwinista y no apreciara los avances en otros campos de la ciencia previos o posteriores a Darwin. Si ya se, los objetivistas también admiran la figura de Aristotélica. Pero nada más. Casi no existe filosofia o conocimiento fuera de estas dos autoridades. Y muchos se atreven incluso a disputarles las ideas a los científicos más consumados. Por eso me suscribo a las ideas de Ayn Rand, considero su importancia, el enorme placer que entraña su lectura, pero no soy objetivista. Aspiro a ser filósofo, o cuanto menos amante de la filosofía en su sentido más amplio.
Lunes, 20 de febrero de 2017 a las 11:01 UTC+01
Yo lo que defiendo es la ingesta de todo tipo de alimentos en proporciones bajas. Por eso me rio cada vez que sale un nuevo estudio que habla mal sobre algún tipo de alimento, desmontando la paranoia de todas esas dietas que favorecen un tipo de comida por encima de otro.
Sábado, 18 de febrero de 2017 a las 03:35 UTC+01
Los cenutrios y los zangolotinos, que son mayoría, ante cualquier leve problema, dirigen su mirada acusadora hacia el empresario o el burgués. Luego van a trabajar a sus empresas, para no caerse muertos de hambre. Y votan con fervor a los políticos, para no caerse de hinojos delante de otros crucifijos. Los liberales, que somos los menos, dirigimos nuestro dedo acusador hacia los políticos y los burócratas. Y no santificamos ningún tótem estatista. Pero somos minoría. La religión es el opio del pueblo. No hay mucho que hacer.
Domingo, 12 de febrero de 2017 a las 22:33 UTC+01
Nacionalista liberal, creo que no tienes en cuenta la dinámica interna del socialismo. Dices que un país pequeño se vería obligado a comerciar o morirse de hambre. Precisamente, a los políticos les importa un comino cómo vaya el país mientras se enriquezcan unos pocos. Y eso lo pueden hacer esclavizando a la mayoría.
Jueves, 9 de febrero de 2017 a la 01:49 UTC+01
Frases como «derecho a decidir» o «los problemas políticos se deben resolver sólo desde la política» son tan estúpidas y están tan vacías de contenido que me asombra que puedan ser afirmadas por un miembro adulto perteneciente a una especie animal que ha basado todo su éxito evolutivo en la capacidad craneal.
Martes, 7 de febrero de 2017 a las 14:48 UTC+01
Los monos deberían vivir con los monos, en la selva. Para eso sirven los muros y las fronteras. Para separar las especies. Para construir la civilización. Esto no significa que todos los muros sean buenos. Pero sí significa que deberíamos preocuparnos mucho más por purgar las calles de chimpancés que por defender un mundo sin ningún filtro, sin ninguna frontera. Apoyo la libertad de movimiento de capitales, bienes y personas. Pero solo cuando sean bienes y personas de verdad. Los gorilas en la reserva.
Jueves, 2 de febrero de 2017 a las 03:29 UTC+01
Siempre me parecen absurdas las disputas entre aquellos que defienden a los individuos y aquellos que defienden a los colectivos. Ambas entidades existen. Lo único que hay que entender, y aquello por lo que yo me considero individualista y liberal, es que los individuos son la referencia principal y la base para desarrollar la teoría y para elaborar el principio de comportamiento.
Domingo, 29 de enero de 2017 a las 13:28 UTC+01
Los éxitos que más emociones mueven (los deportivos) son los que menos contribuyen al progreso de la humanidad. En cambio, aquellos que más contribuyen al progreso (los científicos) son los que menos emociones mueven.
Martes, 24 de enero de 2017 a las 12:15 UTC+01
Los políticos son corruptos porque tienen muchos incentivos para serlo. Pero también porque el ser humano muchas veces es un miserable y está corrompido por dentro.
Domingo, 22 de enero de 2017 a las 20:36 UTC+01
Los mercados son distintos. Pero no todos los bienes son heterogéneos. La condición de posibilidad que necesita cualquiera de esos mercados para existir es un requisito universal y homogéneo. Vosotros los anarquistas sois incapaces de diferenciar esas dos categorías, lo universal y lo particular. Ese es vuestro error ontológico y epistemológico, y el origen de todas vuestras contradicciones.
Viernes, 20 de enero de 2017 a las 19:01 UTC+01
Las temperaturas se desploman. La demanda energética sube. La oferta se encarece. Se impone el precio marginal que establecen las eléctricas más caras del mercado. Todo muy lógico. Pero como vivimos en un mundo de palurdos y mercachifles, todo el mundo corre a decir que se viene el fin del mundo. Extrapolan los valores actuales de la energía para pronosticar un gasto adicional en la factura de cientos de euros a final de año. Calculan que moriran de frio al menos algunos miles de personas. Quieren intervenir todavía más el mercado de las energías, sin tener en cuenta que eso incrementará el coste aún más. Quieren fijar precios, desconociendo completamente los factores naturales que influyen en esos valores. Esto es un cataclismo -nos dicen. Pero en unos días todo volverá a la normalidad, salvo el comportamiento irracional de todos estos «expertos» de la economía, que seguirá mostrando un grado de anormalidad cada vez mayor. Parece que se reafirman con cada nuevo fracaso o falso pronostico de sus tesis elementales. Ignoran por completo la ley de la oferta y la demanda, la teoría marginalista, la tabla del dos. Se hacen llamar economistas. Dicen que han estudiado. Pero son un atajo de inútiles. Una caterva de físicos y químicos de pacotilla jugando a ser científicos, intentando determinar el grado de solubilidad de una sustancia concreta sin aceptar primero la existencia del átomo.
Viernes, 20 de enero de 2017 a las 19:01 UTC+01
El discurso de Trump ha estado marcado por una contradicción imposible y un error flagrante. La contradicción: 1. Vamos a eliminar el terrorismo islámico de la faz de la Tierra. 2. No vamos a invertir y despilfarrar más recursos en guerras por el mundo. El error: Vamos a proteger y favorecer nuestras empresas para que nuestra nación sea mucho más rica y grande. Pero el nacionalismo empresarial no produce beneficios netos. Solo el libre mercado los produce. Las empresas no son buenas o malas por ser de un país concreto. Son buenas si venden más bienes y satisfacen más necesidades. Por eso las empresas deben competir en el mercado internacional y sobrevivir sólo si benefician al consumidor medio. Si se protegen las empresas del propio país, se obliga a los estadounidenses a consumir sus propios bienes, se les prohíbe acceder al mercado internacional y se les impide buscar productos mejores y más baratos alrededor del mundo. Y esto disminuye enormemente sus probabilidades de tener éxito y encontrar aquello que les hace más felices. Mal empieza la legislatura de Donald Trump. Pero no por lo que dice la izquierda, sino porque Trump no es más que otro socialista, un estadista, un socialista de derechas, un nacionalista de mercado.
Viernes, 13 de enero de 2017 a las 19:03 UTC+01
La libertad ofrece las condiciones de partida necesarias para que avance el mundo y el mundo progresa luego gracias a los avances científicos. La evolución de la humanidad consiste en dejar que el individuo actúe libremente (mercado libre) para satisfacer sus necesidades a través de la invención y el descubrimiento (ciencia y tecnología)
Miércoles, 4 de enero de 2017 a las 15:47 UTC+01
Cuanto más combustible fósil usemos y mas CO2 produzcamos, antes llegaremos a la etapa en la que podremos usar la tecnología para prevenir cualquier desastre. El peligro no es el cambio climático. El peligro reside en esas excusas baratas que buscan defender la idea de que hay que detener el avance del hombre porque pone en riesgo el planeta. El planeta solo se salvará si la raza humana tiene el poder suficiente para salvar el planeta. Y esto ocurrirá pronto si no se meten por medio los ecologistas y toda esa ralea de impresentables y agoreros que pretenden asustar a la gente para que vuelva de nuevo a las cuevas.